La noche me lleva en sus entrañas negras, en sus alas oscuras a lo más profundo de sus márgenes.
Sabes, a veces, aún sigo soñando con el olor salvaje de tu piel. El perfume dulce de tu sexo mojado.
Pero el potro de la noche me aleja de vos. Me lleva a recorrer aquellos sitios donde anidan las miserias, mis propias miserias.
Despide un viejo, escupe, en una radio que no amo este lugar. Que hay odio en mí.
Y un par me disparan en la cara vos no queres a nadie. Será.
Entonces porque me no se me va el sabor a derrota cada vez que pienso en vos. Porque no puedo con estas paredes.
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